El Jamón
Cada jamón es una pieza única, curada con esmero, por profesionales del sector jamonero. Existen producciones más industrializadas en las que es posible lograr una gran uniformidad entre las piezas.
Otras producciones, ligadas sobre todo al cerdo ibérico en la dehesa, en las que vamos a encontrar notables diferencias finales entre unas y otras piezas, son las producciones más tradicionales, las que vienen de animales en libertad en la dehesa y aquellas en las que sus piezas se maduran y envejecen en secaderos y bodegas naturales. Son producciones más irregulares pero también es en ellas en las que se puede encontrar la excelencia. El serrano es un jamón procedente de un cerdo de capa blanca cuyo sistema de producción se realiza en granjas y cuya alimentación se basa en piensos y que según sus tiempos de curación que clasifican en bodega, con una curación de 9 a 12 meses, reserva de 12 a 14 meses y gran reserva con curaciones a partir de 15 meses.
El ibérico es un jamón que procede de cerdos de raza ibérica, distinguiéndose los mismos según raza según alimentación. Según raza tenemos entre los puros o 100% ibérico y los cruzados, denominados ibéricos según la legislación española, y siendo ambos tipos de jamón diferentes en su naturaleza intrínseca.
Los 100 % ibéricos serán jamones más estilizados y de caña más fina, normalmente ligados a la explotación tradicional en la dehesa y en especial a la montanera, cuando nos encontramos ante estas dos características, cerdos 100% ibéricos y alimentación de bellota, nos encontramos ante una de las cuatro joyas de la gastronomía a nivel mundial, estamos ante piezas que alcanzan en muchas ocasiones los 4 años de envejecimiento en bodega, a los que hay que añadir los casi dos años de cría de este tipo de cerdos, con lo cual estamos es un proceso total de casi seis años, estos jamones en la nueva norma del ibérico están identificados mediante un Precinto Negro y son los únicos que pueden ser denominados con el tradicional término “Pata Negra”. Estos jamones suponen entre el 4 y el 5% del total de producción nacional de ibérico.
En esta Norma se identificarán mediante Precinto Rojo los jamones de bellota provenientes de cerdos de raza pero con cruces al 50 o al 75 % de raza ibérica.
Precinto Verde para los jamones provenientes de una alimentación de cebo de campo, son animales engordados con pienso pero al aire libre. En lo referente al aspecto racial los cerdos pueden ser 100% ibérico o cruzados al 50 o el 75 % de raza ibérica. Cuando además se crían en régimen extensivo en libertad, los cerdos se pueden alimentar de sustancias naturales provenientes de la dehesa además del pienso, estos últimos jamones suelen contar con el amparo de alguna de las Denominaciones de Origen de nuestro país.
Por último se identificarán con Precinto Blanco los jamones de cebo ibéricos, provenientes de cerdos 'normalmente' cruzados y que se alimentan exclusivamente de pienso y encerrados en granjas intensivas. Estos jamones suponen el 80% de la producción nacional de ibérico.
A tener en cuenta:
Nos encontremos ante el tipo de jamón que nos encontremos, sea un jamón serrano o ibérico, es siempre exigible por parte del consumidor que se encuentre correctamente identificado mediante su etiquetado y precinto de garantía. Es un derecho de los consumidores y de ello dependerá que sepamos con veracidad el producto que vamos a degustar.
Destacar en este aspecto el trabajo realizado por las Denominaciones de Origen como garantes de la autenticidad de los jamones y paletas que certifican, tanto en lo referente a la calidad de las piezas como en el Origen de las mismas.
El cortador de jamón tiene la RESPONSABILIDAD de ofrecer al consumidor cada loncha en condiciones óptimas para su correcta degustación, conservando todas sus cualidades organolépticas, con la proporción correcta de magro y grasa, y siempre lo más finas posibles. Es quien da el punto final a un largo proceso de elaboración lleno de cuidados y mimos.
Otras producciones, ligadas sobre todo al cerdo ibérico en la dehesa, en las que vamos a encontrar notables diferencias finales entre unas y otras piezas, son las producciones más tradicionales, las que vienen de animales en libertad en la dehesa y aquellas en las que sus piezas se maduran y envejecen en secaderos y bodegas naturales. Son producciones más irregulares pero también es en ellas en las que se puede encontrar la excelencia. El serrano es un jamón procedente de un cerdo de capa blanca cuyo sistema de producción se realiza en granjas y cuya alimentación se basa en piensos y que según sus tiempos de curación que clasifican en bodega, con una curación de 9 a 12 meses, reserva de 12 a 14 meses y gran reserva con curaciones a partir de 15 meses.
El ibérico es un jamón que procede de cerdos de raza ibérica, distinguiéndose los mismos según raza según alimentación. Según raza tenemos entre los puros o 100% ibérico y los cruzados, denominados ibéricos según la legislación española, y siendo ambos tipos de jamón diferentes en su naturaleza intrínseca.
Los 100 % ibéricos serán jamones más estilizados y de caña más fina, normalmente ligados a la explotación tradicional en la dehesa y en especial a la montanera, cuando nos encontramos ante estas dos características, cerdos 100% ibéricos y alimentación de bellota, nos encontramos ante una de las cuatro joyas de la gastronomía a nivel mundial, estamos ante piezas que alcanzan en muchas ocasiones los 4 años de envejecimiento en bodega, a los que hay que añadir los casi dos años de cría de este tipo de cerdos, con lo cual estamos es un proceso total de casi seis años, estos jamones en la nueva norma del ibérico están identificados mediante un Precinto Negro y son los únicos que pueden ser denominados con el tradicional término “Pata Negra”. Estos jamones suponen entre el 4 y el 5% del total de producción nacional de ibérico.
En esta Norma se identificarán mediante Precinto Rojo los jamones de bellota provenientes de cerdos de raza pero con cruces al 50 o al 75 % de raza ibérica.
Precinto Verde para los jamones provenientes de una alimentación de cebo de campo, son animales engordados con pienso pero al aire libre. En lo referente al aspecto racial los cerdos pueden ser 100% ibérico o cruzados al 50 o el 75 % de raza ibérica. Cuando además se crían en régimen extensivo en libertad, los cerdos se pueden alimentar de sustancias naturales provenientes de la dehesa además del pienso, estos últimos jamones suelen contar con el amparo de alguna de las Denominaciones de Origen de nuestro país.
Por último se identificarán con Precinto Blanco los jamones de cebo ibéricos, provenientes de cerdos 'normalmente' cruzados y que se alimentan exclusivamente de pienso y encerrados en granjas intensivas. Estos jamones suponen el 80% de la producción nacional de ibérico.
A tener en cuenta:
Nos encontremos ante el tipo de jamón que nos encontremos, sea un jamón serrano o ibérico, es siempre exigible por parte del consumidor que se encuentre correctamente identificado mediante su etiquetado y precinto de garantía. Es un derecho de los consumidores y de ello dependerá que sepamos con veracidad el producto que vamos a degustar.
Destacar en este aspecto el trabajo realizado por las Denominaciones de Origen como garantes de la autenticidad de los jamones y paletas que certifican, tanto en lo referente a la calidad de las piezas como en el Origen de las mismas.
El cortador de jamón tiene la RESPONSABILIDAD de ofrecer al consumidor cada loncha en condiciones óptimas para su correcta degustación, conservando todas sus cualidades organolépticas, con la proporción correcta de magro y grasa, y siempre lo más finas posibles. Es quien da el punto final a un largo proceso de elaboración lleno de cuidados y mimos.